Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la https://tayaflfu857157.ka-blogs.com/91724878/por-qué-el-cabezazo-de-zidane-sigue-siendo-noticia